HC Ingeniería, representante de KWB en España y con un gran número de calderas instaladas funcionando con péllets, astillas de madera y hueso de aceituna entre otros biocombustibles, ha confirmado que las calderas que usen el hueso con el sello Biomasud A disfrutarán de la misma garantía que con otros biocombustibles sólidos como pellets y astillas. La garantía general es de 2 años con la firma de contrato de mantenimiento anual, o una garantía para el intercambiador de calor de 8 años. La marca ha editado un manual en castellano en el que se informa al usuario de la garantía y de las particularidades del combustible hueso de aceituna como su calidad y sus ventajas.
El sello Biomasud
El proyecto Biomasud es una iniciativa enmarcada en el programa Interreg SUDOE IV B financiado con fondos FEDER, inició su andadura en junio de 2011 con el objetivo de crear un esquema de certificación de calidad de biocombustibles sólidos existentes en países del sur de Europa como las astillas, pélets de madera, hueso de aceituna, cáscara de almendra, piñón, avellana etc.
Tras una fase de evaluación y caracterización de los recursos llevada a cabo en el laboratorio del Ceder-Ciemat en Soria, en la que se han implementado y ampliado herramientas para el usuario como BIORAISE y el visor de Biomasud, y en la que se han analizado más de 100 muestras de distintos biocombustibles sólidos en España, Portugal y Francia, se ha establecido un procedimiento para la certificación de la calidad y sostenibilidad en la producción y comercialización de los biocombustibles que mayoritariamente son destinados a la producción de calor. En este sentido, desde el proyecto Biomasud y dentro del comité técnico CTN-164 de AENOR, en el que participan el CIEMAT y AVEBIOM, se está trabajando en la creación de normas de clasificación y especificación de calidad para hueso de aceituna y cáscaras de frutos secos que actualmente no disponen de estándar del CEN (Comité Europeo de Normalización). En este sentido, el proyecto Biomasud ha servido para asentar el conocimiento necesario que permita realizar una redacción adecuada de las mencionadas normas.
El documento principal del esquema es el manual para el sello de calidad de biocombustibles sólidos de uso doméstico en el cual se encuentran recogidos todos los requerimientos que debe cumplir una empresa productora o distribuidora para obtener el sello de calidad de Biomasud.
En la actualidad se está en fase de finalización del proyecto Europeo y se ha realizado la implantación experimental del sello en dos empresas españolas, con la colaboración de AENOR que será el ente independiente encargado de las auditorías. Las empresas certificadas son, Energía Sierra Segura con hueso de aceituna y MITRAFOR con astillas de madera. La implantación experimental ha servido para poner en marcha con AENOR el proceso de auditoria e identificar posibles problemas en el mismo. Actualmente el proceso de certificación está listo para ser implantado de forma comercial en las empresas interesadas que deberán contactar en España con cualquiera de los socios nacionales: AVEBIOM o CEDER CIEMAT.
Sólo combustibles normalizados
La certificación de los biocombustibles será un requisito imprescindible para la utilización de esta fuente de energía en los próximos años ya según lo publicado en el Plan Aire del Consejo de Ministros el 12 de abril de 2013, en breve se requerirá la utilización de biocombustibles normalizados o que puedan acreditar unas condiciones mínimas de calidad para el uso en calderas de pequeña y mediana potencia, típicas del sector doméstico residencial y terciario. Desde Europa se van a impulsar estás legislaciones gracias a la directiva que se está discutiendo de la que ya existe un borrador (Directiva Europea para los criterios de sostenibilidad para la biomasa sólida para usos térmicos y eléctricos y de biogás para su introducción en redes de gas). En países como Austria y Bélgica ya es un requisito legal y es una tendencia que se va implantando poco a poco en todos los países de la UE.
El esquema de certificación no se limita solamente a la calidad de los biocombustibles sino también a su sostenibilidad en aspectos como el ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero que se ha fijado en un mínimo del 70% respecto al uso del gas natural y el consumo energético en la producción y trasporte que no podrá superar el 50% de la energía útil de biocombustible, además de contar con un sistema de trazabilidad que permitirá a los consumidores conocer los principales datos del biocombustible como procedencia, emisiones y características.