El desplome de la producción en agosto -tras los nuevos recortes económicos de julio-, y la aceleración en el proceso de cierres de plantas, resumen el momento actual de la cogeneración e España. Y entre los industriales cogeneradores la incertidumbre se acrecienta ante la falta de información y explicación sobre cómo serán los desarrollos de la reforma en curso.
En agosto pasado la producción de electricidad en cogeneración descendió un 14% en referencia a la realizada un año antes (ver informe Red Eléctrica), mientras que, por el contrario la producción de la energía eléctrica en el régimen especial creció un 12% en lo que va de ejercicio. Esto significa que mientras todas las renovables crecen ampliamente, la cogeneración es la única que decrece, en línea con el consumo.
El sector cogenerador se debate ante una dinámica de cierres progresivos: 20% de las cogeneraciones están paradas. A mayo, 219 plantas de las 1.007 existentes no tenían actividad, lo que supone un parón del 12% de la potencia total en cogeneración y que, en solo los cinco primeros meses de 2013 han parado 43 plantas. La potencia parada ha crecido un 50% en relación al año anterior hasta el punto de que el 25% de las plantas con 15 años de operación están sin actividad.
Moratoria, más impuestos, más recortes y creciente incertidumbre, desemboca en más cierres
ACOGEN han venido alertando de que los escenarios que la reforma genera conducen al desplome productivo y al cierre progresivo de la cogeneración. La moratoria a renovar instalaciones -vigente desde enero de 2012-, unida a la aplicación triple de impuestos energéticos –gas, electricidad y CO2– desde principios de año y los últimos recortes adicionales de julio, que eliminan la retribución por mayor eficiencia y contribución a las redes -razón de ser de la cogeneración-, están llevando al declive a una de las tecnologías más eficientes para el país y para su industria.
Los recortes ejecutados a la cogeneración suman ya 712 millones de euros, minorando el 22% de la retribución para todas las plantas y para las de más de 15 años de antigüedad el recorte significa hasta el 40% menos de los ingresos. Son, por volumen e intensidad, incomparables en relación a los efectuados a otras tecnologías, algo inexplicable e injusto cuando se trata de una tecnología sin crecimiento desde 2002 y que estaba un 30% por debajo del objetivo de desarrollo previsto para 2012, prueba evidente de su escasa rentabilidad, ya tremendamente ajustada antes de la reforma energética.
La cogeneración es una actividad transformadora con elevados costes operativos en combustibles, impuestos y personal especializado. Desde julio pasado, los cogeneradores ignoran que retribución tendrá la electricidad que están produciendo ahora, no pudiendo estimar cómo cerrarán el año ni tampoco presupuestar el 2014. La actividad se desarrolla en total incertidumbre con total parálisis en la toma de decisiones. Los órganos de administración de las industrias -muchas de ellas multinacionales-, solicitan evaluaciones económicas de la reforma energética para sus plantas que sus departamentos no pueden realizar, incluso ni saben si deberán devolver parte de los menguados ingresos por ventas “a cuenta” con plazos inciertos, ya que la reforma está pendiente de desarrollo y posterior implementación, algo que puede alargarse en la práctica hasta bien entrado el próximo año.
Graves repercusiones en el comercio exterior
Las consecuencias de la situación de la cogeneración se trasladan directamente a amplios sectores de la industria manufacturera –alimentaria, química, papel, cerámica, refino, automóvil etc.- repercutiendo en su competitividad y en su capacidad de producción y consecuentemente en las exportaciones y el empleo. Con cogeneración se fabrican más de 20.000 millones de euros en productos industriales, que en un 50% se exportan a mercados exteriores, empleando directamente a 200.000 personas. Las industrias asociadas a la cogeneración son las más exportadoras, las que más contribuyen a nivelar nuestra balanza comercial y esta situación puede afectarlas muy negativamente.
Repercusiones en el sector gasista y eléctrico
Las posibles consecuencias directas se extienden a otros sectores. Dado que la cogeneración produce el 13% de la electricidad y para ello consume el 22% de todo el gas natural que se vende en España, las repercusiones negativas también alcanzarán al sector energético. En primer lugar para el sector gasista, que vería descender su demanda y dispararse el déficit, y, en segundo lugar, para el sector eléctrico, porque la desaparición de las plantas de cogeneración arrastraría a gran parte de su industria asociada, importantes clientes de las eléctricas que perderán una parte sustancial de su negocio.
Explicar, aportar certidumbre y refundar la confianza
El sector cogenerador urge al Gobierno una explicación clara de la reforma eléctrica, medidas, plazos y objetivos que ésta contempla para la cogeneración y su industria asociada. ACOGEN considera que el Gobierno debe aportar certidumbre y confianza en el mantenimiento de la actividad a los industriales, y ello solo será posible si se desarrolla la regulación pendiente y su parametrización de forma acertada para la cogeneración, una actividad que conlleva particularidades –diversidad de aplicaciones, riesgo, eficiencia, inversiones, acceso a redes, servicios a industria, horas funcionamiento, titularidades, desarrollo histórico, etc.– que hacen realmente compleja la aplicación del novedoso esquema retributivo.