Tras la convocatoria formal del pasado 21 de mayo del Consejo Europeo, Gérard Mestrallet y Paolo Scaroni, en representación de nueve de las principales compañías energéticas europeas, se han presentado ante el Parlamento Europeo para proponer medidas concretas para redefinir la política energética del Viejo Continente. El evento ha sido organizado conjuntamente con Amalia Sartori, la presidenta de la Comisión de Energía del Parlamento Europeo, y se ha celebrado en presencia del comisario europeo de Energía, Günther Oettinger.
Durante la audiencia se han puesto de relieve los riesgos de la política energética actual de la UE. De hecho, los esfuerzos realizados por las empresas energéticas para atraer a los necesarios inversores privados se han visto obstaculizados por la incertidumbre sobre la rentabilidad de las inversiones, en parte debido a la falta de un marco de política energética claro, previsible y objetivo basado en una regulación estable y predecible. Como resultado, el sector eléctrico europeo no está pudiendo desarrollar su potencial como fuente de crecimiento y empleo, ni desempeñar un papel clave en el establecimiento de un diálogo con los países productores. La seguridad de suministro energético ya no está garantizada, las emisiones de CO2 actualmente están creciendo, no se están llevando a cabo las precisas inversiones en el sector y los precios de la energía están aumentando drásticamente. Ante este fracaso, las compañías energéticas han entendido la necesidad de formular propuestas concretas que revitalicen la política energética de Europa:
1. Limitar el aumento de las facturas de energía
Los consumidores europeos (ciudadanos e industrias) han de pagar precios justos por su energía. En este contexto, los operadores eléctricos, a través de sus inversiones, están a la vanguardia del desarrollo de las renovables en Europa. Sin embargo, han sufrido los vaivenes de las políticas comunitarias -por ejemplo, el cambio de las reglas de juego a mitad del partido por razones políticas cortoplacistas-, que deberían ahora mejorarse. Por lo tanto, los líderes de la industria proponen:
- Garantizar que la factura de energía refleje en la medida de lo posible los costes del mercado y que no pueda ser un vehículo para la financiación de otras políticas. Un mercado energético europeo integrado y que funcione bien fomentará aún más la competencia, dará poder a los consumidores y permitirá la transición a un sistema energético más eficiente en costes;
- Fomentar la integración en el mercado de las nuevas capacidades que ofrecen las tecnologías renovables más maduras (teniendo en cuenta, en particular, las previsiones de la curva de aprendizaje) con el fin de aumentar la competencia;
- Ajustar, para las nuevas instalaciones, el apoyo público a la producción de energía renovable de forma que refleje las necesidades del mercado de la electricidad; y
- Fortalecer las políticas y la financiación de la I+D (Horizonte 2020) y promover las tecnologías de electricidad renovable menos maduras potenciando la investigación y el desarrollo en vez de subvencionar la producción.
2. Garantizar un suministro fiable de electricidad y gas Los consumidores europeos deberían disfrutar de un suministro energético ininterrumpido y completamente fiable. Para ello, los líderes del sector proponen:
- Revitalizar el Grupo Europeo de Coordinación de Electricidad como la plataforma estratégica para el intercambio de opiniones e información entre los miembros de la UE y los grupos de interés sobre política eléctrica, con especial énfasis en las decisiones nacionales sobre el mix energético que puedan afectar a otros Estados miembros;
- Aplicar inmediatamente el Tercer Paquete de propuestas legislativas en todos los Estados miembros de la UE con el fin de estandarizar las normas en Europa y facilitar los intercambios energéticos;
- Aprovechar toda la capacidad de generación existente que contribuya a la seguridad del suministro en vez de subvencionar nuevos proyectos que puedan socavar la igualdad de condiciones entre las tecnologías competitivas;
- Acelerar el establecimiento de directrices de la UE para mecanismos de remuneración no discriminatorios;
- Llevar a cabo, lo antes posible, el programa europeo para contribuir a la financiación de importantes infraestructuras energéticas; y
- Mejorar la diversificación de las rutas y fuentes de suministro de gas, en particular, a través de la producción nacional de energía (incluidas las fuentes no convencionales), teniendo en cuenta siempre el medio ambiente.
3. Reforzar las ambiciones climáticas de Europa
Los consumidores europeos deben poder beneficiarse de energía respetuosa con el medio ambiente y que contribuya al logro de los otros dos objetivos de la UE: la competitividad y seguridad de suministro. Para ello, los líderes de la industria proponen:
- Dar un nuevo impulso y fortalecer el mercado europeo del carbono. Esto se puede lograr a través de: i) aprobar medidas para reequilibrar la oferta y demanda de CO2 en el marco de una perspectiva ambiciosa de reducción de emisiones a largo plazo; ii) analizar y decidir, lo antes posible, un objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ambicioso y realista para el año 2030 como principal motor de un camino hacia una economía baja en carbono en 2050; y iii) ampliar la aplicación del mercado de carbono a otros grandes sectores emisores de CO2, en el marco de un acuerdo internacional;
- Acelerar la creación de la futura cumbre del clima prevista en París en 2015 para que este acontecimiento clave permita lograr un acuerdo de gran alcance; e
- Introducir, en caso de que no se lograra un acuerdo internacional, medidas adicionales para garantizar la competitividad de las industrias de la UE.
Estas propuestas concretas se están presentando también a jefes de Estado y de Gobierno de Europa con el fin de mejorar las perspectivas de las reuniones del Consejo Europeo de febrero y marzo de 2014 dedicadas a cuestiones energéticas.