El pasado mes de junio una residencia de ancianos de nueva construcción en Matamala de Almazán (Soria) ponía en marcha dos calderas de biomasa KWB con las que cubrirán las necesidades energéticas de calefacción y ACS de su instalación.
La biomasa sigue ganando terreno a los combustibles fósiles y las obras de nueva construcción apuestan cada vez más por sistemas alternativos para cubrir sus necesidades energéticas. Así, la nueva Residencia de ancianos de Matamala de Almazán en Soria ha optado por instalar dos calderas de biomasa KWB modelo Multifire USV ZI 100, para atender la demanda de agua caliente sanitaria y calefacción del edificio, una instalación de 200 kW para una superficie de 2.000 m2, que se calienta mediante suelo radiante.
El silo de combustible cuenta con un agitador de lamas de acero flexible de 4,5 m de diámetro, siendo la capacidad total de almacenamiento de más de 55 m3, donde se pueden almacenar aproximadamente 11 toneladas de astillas, que es el combustible a utilizar. En este volumen se podrían almacenar hasta 33 toneladas de pellets. El agitador es común a ambas calderas, contando cada una de ellas con su propio canal y tornillo sinfín para el transporte del combustible desde el silo hasta la caldera.
Las calderas llevarán un control secuencial para evitar que el desgaste de una de ellas sea mayor, de manera que cada semana se alterna cuál es la caldera “máster”, es decir, la que funciona a mayor carga.
En la sala de calderas se ubican, además de las dos calderas KWB Multifire, un depósito de inercia de 4.000 litros y un depósito de agua caliente sanitaria de 2.000 litros.
El ahorro previsto para esta instalación, comparando con el gasto que supondría la utilización de gasoil, es de más de 22.000€ al año, puesto que el coste anual de la astilla es de aproximadamente unos 7.500€, mientras que el coste del gasoil ascendería a unos 30.000€ anuales. En 20 años, utilizando gasóleo se hubieran gastado casi 1.250.000€, mientras que utilizando astillas se gastarán tan sólo 334.000€.
Se estima una producción energética anual de unos 300.000 kWh y se prevé la amortización de los equipos en unos 2 o 3 años.