La Jornada organizada por la Fundación EQUO y Fundación Renovables, “Energía limpia para una Europa sostenible” ha tenido como principal conclusión la aprobación de una declaración en la que después de definir el escenario actual, en el que se constata que la política energética española no coincide con las directrices de la Unión Europea en la materia sino que las contradice o ignora, se plantea una serie de propuestas concretas imprescindibles para alcanzar un modelo energético sostenible tanto en el viejo continente como en España.
Ambas entidades consideran que es imprescindible la aprobación de una planificación energética que tenga como eje central el cumplimiento de unos objetivos ambiciosos de reducción de emisiones, desarrollo de las renovables e incremento de la eficiencia, siempre vinculados entre sí. Asimismo plantean una batería de medidas para hacer del ahorro y la eficiencia, hoy ausentes en la política energética, el eje central de la misma con una apuesta clara por la rehabilitación energética de edificios o cambios drásticos en la movilidad y el transporte.
También ambas entidades reclaman una regulación adecuada del autoconsumo como pilar de la generación distribuida. Otras medidas solicitadas hacen referencia a la fiscalidad energética, a la eliminación de las subvenciones a las energías convencionales o la revisión del sistema de conformación de precios en la electricidad.
En las jornadas, organizadas con el apoyo de la Green European Foundation, han participado expertos de muy diversos ámbitos (empresas, universidad, organizaciones sociales) y representantes de entidades como la Comisión Europea o la OIT así como europarlamentarios y diputados. El texto elaborado por Fundación EQUO y Fundación Renovables es el siguiente:
Propuestas para una “Energía limpia para una Europa Sostenible”
Los desafíos energéticos que se plantea Europa son su elevada dependencia energética, que alcanzará el 80% en 2035 y que hoy representa una factura de 406.000 M€ al año, y el aumento de los costes regulados que ya representan el 28% del precio de la electricidad. Para afrontar estos desafíos la Unión Europea aprobó una hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica y competitiva en 2050, y ahora acaba de lanzar un debate sobre nuevos objetivos para 2030 y ha aprobado diversas directivas para asegurar el cumplimiento de los objetivos de renovables, eficiencia energética y emisiones de CO2 para 2020.
Las políticas europeas priorizan la eficiencia energética y el objetivo del 20% de ahorro de energía en 2020, la mayor competencia a través de un mercado energético integrado para ahorrar costes al sistema y a los consumidores y un mayor crecimiento del mercado de renovables porque bajan el precio mayorista de la electricidad. La Comisión Europea aboga por la desconexión de centrales de gas y carbón, los intercambios de renovables entre los estados miembros en aplicación de la directiva de renovables, mecanismos más flexibles para las primas pero sin retroactividad y sustituir los pagos por capacidad por más interconexiones, planes de gestión de la demanda y almacenamiento.
Es evidente que las prioridades de las políticas europeas no coinciden con las prioridades de la política energética de España a pesar de que nuestros desafíos son mucho más graves tanto en dependencia e intensidad energéticas como en emisiones de CO2. Las propuestas que enunciamos a continuación tratan de introducir en la política energética española las medidas e instrumentos que están previstos en las directivas europeas de renovables y eficiencia energética y de reforzar un frente común en Europa para evitar que la presión de las grandes compañías eléctricas europeas impidan tanto alcanzar los objetivos establecidos por las instituciones europeas para 2020 y 2050 como adoptar nuevos objetivos ambiciosos para 2030, y que no se traslade al resto de Europa la paralización que estas medidas están ocasionando en España.
El negacionismo que predomina en la política española frente a las fuentes renovables, la eficiencia energética, las emisiones contaminantes y el cambio climático merece no solo una reacción de la sociedad española sino también de la sociedad europea contra los intereses de una economía basada en los hidrocarburos y la energía nuclear a través de un mercado oligopolístico desde el convencimiento de que el cambio de modelo energético es una condición indispensable para la salida de la crisis económica y la creación de empleo.
Ante este escenario las entidades que suscriben consideran necesario plantear los siguientes puntos para lograr “Una energía limpia para un Europa sostenible”:
- Planificación energética. Definición de una estrategia energética a largo plazo consensuada que incorpore los siguientes criterios:
- Seguridad jurídica y estabilidad regulatoria.
- Cumplimiento de los objetivos UE aprobados para 2020 de renovables, ahorro de energía y emisiones de CO2.
- Aprobación de nuevos objetivos ambiciosos y obligatorios de la UE en el marco del Libro Verde “Un marco para las políticas de clima y energía en 2030”, referidos siempre conjuntamente a incremento de renovables (al menos 45%), reducción de emisiones de CO2 (-55%) y de mayor eficiencia energética.
- Seguimiento de la hoja de ruta de la UE hacia una economía hipocarbónica y competitiva en 2050 con el objetivo en el horizonte de alcanzar el 100% de energías renovables para esa fecha.
- Plan de desconexión programada de centrales térmicas.
- Plan de seguridad nuclear para aplicar estándares post-Fukushima, internalización de costes y cierre programado de centrales nucleares.
- Aplicación de la Directiva europea de emisiones industriales.
- Transposición y desarrollo de la Directiva 2009/28/CE de renovables. Nuevo Plan de Energías Renovables.
- Prohibición de exploraciones y explotaciones de hidrocarburos no convencionales.
- Ahorro y eficiencia
- Transposición y cumplimiento de las Directivas 2010/31/UE de Eficiencia Energética de Edificios y 2012/27/UE de Eficiencia Energética.
- Plan de rehabilitación energética del parque nacional de edificios.
- Plan de Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo.
- Plan de contadores inteligentes, redes inteligentes y gestión de la demanda.
- Creación de un banco verde para eficiencia energética a través de la colaboración público/privada.
- Reelaboración del PAEE 2011-2020 de acuerdo con las directivas europeas.
- Plan de apoyo a las ESE,s (ESCO).
- Planes de movilidad para potenciar el transporte público y su electrificación.
- Generación distribuida
- Situar al consumidor como centro del sistema eliminando barreras que impiden el acceso de cualquier ciudadano a la figura del consumidor – generador y parte activa de la gestión de la demanda.
- Que el consumidor se beneficie de la mayor demanda de renovables a través del acceso directo al autoconsumo y a las fuentes renovables.
- Regulación del autoconsumo con balance neto.
- Línea de financiación (ICO o similar) para proyectos finalistas en generación distribuida y eficiencia.
- Otros
- Fiscalidad energética. Bajo el principio de corresponsabilidad y equidad para que el coste de la transición energética no recaiga sólo en el consumidor eléctrico sino en todos los usos de la energía.
- Revisión de todos los costes regulados y modificación de la metodología de conformación de precios de la electricidad para que el sistema tenga la máxima transparencia sobre la internalización de costes de todas las fuentes energéticas y sus externalidades.
- Eliminación de todas las subvenciones directas e indirectas a las energías sucias.
- Regulador independiente de la competencia y denuncia de la Ley 3/2013 de creación de la CNMC que cierra la competencia en los mercados energéticos, consolida el poder de mercado de cinco empresas y las puertas giratorias de la política a las corporaciones energéticas para que el consumidor no pueda elegir la energía más barata y limpia.
Conclusión
Una política energética que realimenta la crisis económica es insostenible e injusta, aumenta la dependencia energética y solo sirve para incrementar los costes que se trasladan a los consumidores sin ninguna transparencia. La Unión Europea puso las bases en 2007 para iniciar la transición hacia una economía menos dependiente de importaciones energéticas y libre de CO2 mediante la eficiencia energética y el consumo de fuentes renovables. Cuando hoy Europa lanza una mirada más ambiciosa a 2030 y 2050, España ha decidido parar. Y no es el momento de parar sino de avanzar todos juntos. Transposición y cumplimiento de las Directivas 2010/31/UE de Eficiencia Energética de Edificios y 2012/27/UE de Eficiencia Energética.