El próximo 1 de junio entra en vigor la nueva normativa por la que todo aquel propietario que quiera alquilar o vender un inmueble debe disponer de un certificado de eficiencia energética que determinará qué categoría energética tiene el inmueble en cuestión, en función del consumo de energía que necesita para tener unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación. Esta calificación se representa mediante una escala de siete letras, en la que la A constituye la eficiencia máxima y la G, la menor.
Según Tinsa, una de las empresas que expedirán estos documentos, este certificado energético costará desde 150 euros en adelante, sin contar las tasas administrativas.
El propietario del inmueble se deberá encargar de contratar a un profesional que realice la calificación y, posteriormente, de registrar dicho documento en un registro de su comunidad, adquiriendo así el carácter de certificado.
Los profesionales habilitados para realizar este tipo de certificaciones son arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros y técnicos industriales