El Tribunal de Cuentas Europeo ha evaluado si la política de cohesión en inversiones en eficiencia energética es rentable. El costo de mayor consumo de energía, el agotamiento de las reservas de combustibles fósiles y el efecto de las actividades humanas en el cambio climático global son los conductores de las recientes políticas de eficiencia energética.
Desde el año 2000, la Unión Europea, a través de sus fondos de la política de cohesión, destinó casi 5 millones de euros para la cofinanciación de medidas de eficiencia energética en los Estados miembros. La Comisión Europea y los Estados miembros son responsables de la buena gestión financiera de estos fondos.
Según Harald Wögerbauer, Miembro del Tribunal de Cuentas responsable del informe, “ninguno de los proyectos que examinamos incorporaba una evaluación de las necesidades o siquiera un análisis del potencial de ahorro energético en relación con las inversiones”, “los Estados miembros empleaban estos fondos fundamentalmente para renovar edificios públicos y la eficiencia energética constituía, todo lo más, una preocupación secundaria”.
El plazo medio previsto para la amortización de las inversiones era de unos 50 años, y de hasta 150 años en algunos casos. Esto significa que los fondos no se gastaron de manera razonable, ya que la vida útil de los componentes renovados y de los propios edificios es más corta, de modo que, desde el punto de vista de la eficiencia energética, pueden considerarse perdidos.