Las inversiones que desde el año 2000 viene realizando la Unión Europea en proyectos de eficiencia energética no han cumplido con el objetivo fijado previamente. En concreto, según ha denunciado Harald Wögerbauer, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE), un 80% de estas inversiones han visto como no cumplían con el objetivo fijado con anterioridad.
Estos porcentajes traducidos a números suponen que entorno a 4.000 millones de los 5.000 millones desembolsados por los países miembros de la UE destinados a estas políticas no cumplieron con su objetivo.
Harald Wögerbauer señaló que tiene que ser la Comisión Europea la entidad encargada de reclamar o no los fondos entregados.
Wögerbauer justificó estas cifran en el informe del TCE "Rentabilidad de las inversiones en eficiencia energética de la Política de Cohesión" que él mismo dirigió.
Según declaró el miembro del TCE gran parte del dinero servía para llevar a cabo proyectos de mejora de la comodidad, la seguridad y el atractivo de los edificios, que deberían haber sido sufragados "por otro tipo de fondos o bien por los Estados miembros", sugirió.
El informe presentado también indicaba que el plazo medio previsto para la amortización de las inversiones es de 50 años y de 150 años en casos extremos, lo cual resulta excesivo teniendo en cuenta la vida útil de los componentes renovados así como la de los propios inmuebles.
El informe prestó especial atención a las actuaciones llevadas a cabo en la República Checa, Italia y Lituania, ya que fueron los países que mayores fondos de la UE habían recibido.
Para mejorar la inversión en el futuro, el Tribunal recomendó a la Comisión que supedite la financiación a una evaluación adecuada de las necesidades, a un seguimiento periódico y a la utilización de indicadores de resultados comparables.