Racionalidad y rentabilidad: principios del Pacto por la Rehabilitación del sector público y privado que el Gobierno debe liderar, según AFELMA (Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes) hay razones objetivas que justifican un plan urgente de eficiencia energética para los edificios, ya que estos presentan un gran potencial de ahorro energético, capaz de neutralizar buena parte de las consecuencias negativas de política energética. Una tarea colectiva que reclama la implicación del Gobierno para liderar un Pacto por la Rehabilitación que integre esfuerzos públicos y privados y se guíe por criterios de racionalidad y rentabilidad.
Criterios de racionalidad y rentabilidad
Actuar con criterios de racionalidad y rentabilidad significa, definir una estrategia energética que prime la opción que con menor coste económico proporciona una mayor reducción de la demanda energética, del consumo energético y de las emisiones de CO2, y por tanto, permita un mayor ahorro en la factura energética del país y de los hogares.
Esta estrategia pasa por impulsar la mejora del aislamiento de la envolvente, lo que proporcionaría una reducción del consumo energético y de las emisiones de entre el 40% y el 70% según los índices de aislamiento aplicados. Índices que deberían ser, tanto para obra nueva como para rehabilitación, asimilables proporcionalmente a los de países de nuestro entorno. La mejora de la envolvente es, con mucha diferencia la medida más rentable de todas las medidas de eficiencia impulsadas desde las administraciones públicas:
Según los datos reflejados en el E4, la mejora de la Envolvente posibilita un ahorro de 1,4 millones de Toneladas Equivalentes de Petróleo (TEP), lo que en términos económicos se traduce en una ayuda pública de 10 euros por tonelada a lo largo de la vida útil del aislamiento. Esto supone un coste fácilmente amortizable dado todo el beneficio que aporta la medida a lo largo de la vida útil de la envolvente mejorada: 18,1 millones de TEP, es decir, 130,6 millones de barriles de petróleo y 65,4 millones de toneladas de CO2.
Ninguna otra medida del E4 tiene un potencial semejante de ahorro de TEP a lo largo de su vida útil: el Plan Renove de Electrodomésticos posibilita un ahorro de 4,9 millones de TEP, es decir, 109 euros de ayuda por tonelada ahorrada; mientras que las actuaciones en instalaciones o iluminación rondan los 6,5 millones de TEP ahorradas, lo que representa 39 € y 26 € de ayuda por tonelada respectivamente.
Las exigencias de una estrategia energética eficiente
Para AFELMA es evidente que una estrategia energética eficiente pasar por los siguientes pilares:
- El objetivo prioritario, debe ser reducir la demanda y el consumo energético.
- En la consecución de ese objetivo la edificación juega un papel fundamental porque tiene un amplio recorrido de ahorro energético, ya que es responsable del 17% del consumo final de energía en España.
- Para aprovechar el potencial de ahorro energético de los edificios es preciso promover exigencias térmicas asimilables proporcionalmente a las de los países europeos más avanzados en la materia, especialmente en relación con el aislamiento de la envolvente, y aplicar dichas normas a la nueva edificación y a la rehabilitación de edificios.
- Hay que formular un Pacto por la Rehabilitación liderado por el Gobierno, que coordine esfuerzos públicos y privados y que fije un objetivo anual mínimo de rehabilitar 500.000 viviendas.
- La rehabilitación debe ser financiada con créditos a bajo interés.
- Deben desarrollarse campañas de sensibilización ciudadana sobre la importancia de la rehabilitación en la reducción del consumo energético en climatización.
No hay razones objetivas para retrasar las medidas de ahorro energético
En definitiva, como se puede ver a continuación, según AFELMA, no hay razones objetivas que justifiquen el retraso de la adopción de medidas estratégicas de ahorro energético, es decir, de eficiencia energética en la edificación ya se ésta nueva o de segunda mano.
Datos medioambientales Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) en 2011, España ha incrementando sus emisiones de CO2 un 0,1%, a pesar de la crisis, mientras que en la UE descendían un 2,5%. Además sus estimaciones sobre el cumplimiento los objetivos de Kioto en 2020 también son pesimistas, ya que considera que España no conseguirá reducir el 20% de los gases de efecto invernadero emitidos en 1990 aún adoptando nuevas medidas. Este déficit obligará a España a recurrir a la compra de derechos de emisiones.
En 2010 las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) fueron de 355 millones de toneladas equivalentes de CO2, casi un 23% por encima de los objetivos de Kioto.
Datos energéticos
En los últimos 12 meses el consumo de productos petrolíferos de España ascendió, a pesar de la crisis, a 61,5 millones de toneladas, de los que 56,2 millones, es decir, el 91% son importaciones.
El consumo en gasóleo C para calefacción alcanzó 2,5 millones de toneladas en los últimos 12 meses y el consumo convencional de Gas Natural y Gas Natural Licuado fue de 278.000 GWh.
La dependencia energética Española es del 80%.
Datos económicos
El impacto de las importaciones de productos energéticos en la economía es indiscutible. En 2011 el precio del barril llegó hasta los 123 $ y en 2012 hasta los 125,5 $. El precio medio entre enero a agosto de 2012 se situó en 112,3 $, un dólar más caro aproximadamente que en 2011. Como contraste con la realidad baste decir que las estimaciones del Plan de Eficiencia 2008-2012 contemplaban un precio del barril de de 65 $.
En los últimos 12 meses el consumo convencional de Gas Natural fue de 278.282 GWH, importándose 397.000 GWh que costaron 10.477 millones de euros. Las importaciones de productos petrolíferos ascendieron a 30.712 millones de euros. En déficit comercial, el petróleo representó en julio de 2012 el 172%. Por último, la bombona de butano que en abril de 2010 tenía un precio de 11,68 euros se situó en julio de 2012 en 16,45 euros, sólo en los últimos ocho meses de 2012 ha sufrido un incremento del 9%.