El Gobierno de los EE.UU. tiene intención de imponer un impuesto de 20 dólares por tonelada métrica de carbono. Este impuesto conllevaría la reducción deficitaria del presupuesto del país en un 50% durante los próximos 10 años, según se desprende de un informe elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso.
Este impuesto generaría aproximadamente 88 mil millones de dólares en 2012, aumentando a 144 millones en 2020, según el citado informe, reduciendo la deuda de EE.UU. entre el 12 y el 50 por ciento en una década.
El déficit presupuestario de EE.UU. superó el billón de dólares anuales en cada ejercicio desde 2009, y podría aumentar a entre 2.3 billones y 10 billones de dólares para 2020, según se desprende de los datos ofrecidos por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
El hecho de utilizar un impuesto al carbono para combatir el problema ha estado flotando en el Congreso este año, pero tiene mucho inconvenientes potenciales, agregó el mencionado informe.
Por ejemplo uno de esos inconvenientes es que los hogares se enfrentan a mayores facturas de energéticas porque las empresas están obligadas a pagar el impuesto por lo que es probable que estos costos repercutan en los consumidores.
El informe presentado subrayó que los "hogares con menores ingresos se enfrentan a un impacto desproporcionado si éstos no se reciclan de nuevo a ellos de alguna manera”. Esta devolución del dinero a los consumidores significaría que se dispondrían de menos fondos para conseguir el objetivo de reducir el déficit.
Otro de los inconvenientes que ha señalado el informe es que un impuesto sobre el carbono no puede garantizar un resultado medioambiental específico. En definitiva, la probabilidad de que el Congreso americano apruebe tal medida será limitada, ya que tendrá la oposición de muchos legisladores republicanos a cualquier tipo de aumento de impuestos.