La Fundación Renovables y la Fundación MAPFRE organizaron, el pasado jueves 14 de junio, la Jornada “Ahorro y eficiencia, claves de un modelo sostenible”, con el objetivo de llamar la atención de la opinión pública en la importancia de estas dos facetas de nuestra relación con la energía y en tantas ocasiones ausentes del debate energético.
Inauguración y conferencia magistral
El Presidente del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de Fundación MAPFRE, Filomeno Mira se refirió a este tema de la jornada “como uno de los favoritos de la Fundación porque supone hablar de calidad de vida, salud y medio ambiente. Es fundamental la formación de los niños en estos conceptos, por eso participamos en campañas de concienciación y difusión”.
Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables comenzó su intervención destacando la necesidad de incidir en el “conocimiento” de estos aspectos y de avanzar hacia otro modelo energético.
El ahorro y la eficiencia son dos claves fundamentales en la construcción de un modelo sostenible y sin embargo no tienen el protagonismo que su importancia requiere en el debate energético reducido en demasiadas ocasiones a una discusión sobre tecnologías. Todos los estudios elaborados señalan que el margen de acción en este ámbito es tan amplio que necesariamente cualquier iniciativa política tiene que arrancar de estos dos elementos fundamentales: tenemos que evitar los consumos inútiles y superfluos y tenemos que mejorar todos los procesos y usar menos energías para lograr los mismos servicios. Este es un principio más importante de lo que se piensa para mejorar la competitividad de nuestra economía.
García Breva mencionó diferentes iniciativas en el entorno de la Unión Europea en las que el ahorro y la eficiencia son ya pilares de políticas vinculadas a la reducción de las emisiones de CO2 y al desarrollo de las renovables en los objetivos 20/20/20 para 2020 y deben serlo en el caso de España, especialmente, por nuestra alta dependencia energética del exterior (30 puntos superior a la media europea), por el peso en nuestra balanza comercial de las importaciones energéticas y, sobre todo, porque el margen de progreso en ambas políticas es incluso superior a la media europea. En este contexto, indicó, “las barreras a las energías renovables suponen un obstáculo al desarrollo y a la competitividad; y es que invertir en renovables es más barato –según informes de la propia UE- que importar gas de Argelia. Hay que lamentar la situación de complacencia por parte de las autoridades en el incumplimiento de los objetivos marcados.”
De todas las medidas a nivel europeo, García Breva destacó la Directiva 32/2010 de Eficiencia Energética en los edificios, actualmente en discusión/ actualización, y que supondrá grandes cambios como la renovación anual de la edificación en un 3% anual o que las compañías energéticas tengan que reducir el consumo de sus clientes un 1,5% anual. Desde su punto de vista, esta Directiva incorpora tres conceptos básicos:
- Los edificios han de ser de Energía Casi Nula (EECN) con renovables y autoconsumo
- El óptimo de rentabilidad de la eficiencia energética: esto supone que la inversión no ha de considerarse un coste sino bajo un análisis coste-beneficio a lo largo del ciclo de vida
- Desarrollar sistemas centralizados de calefacción
Así mismo, García Breva indicó que en certificación energética de edificios “está todo por hacer”. García Breva destacó la apuesta de la presidencia danesa que hace poco ha señalado que “una UE más eficiente energéticamente será una Europa más fuerte”.
“El ahorro de energía es un factor de competitividad por el potencial de ahorro (el 50%) y el modelo que ha venido imperando que ha sido derrochador y basado en el crecimiento del consumo. Nuestro diferencial en intensidad energética es 20 puntos superior al de la media europea. Esta es la clave. Es necesario actuar en el entorno de las ciudades, principalmente en los sectores de la edificación y el transporte.
“El modelo debe ser de generación distribuida y guiarse por políticas de apoyo a la eficiencia energética. Se necesita mejorar nuestra competitividad en base a tres elementos: Conocimiento y tecnología propia, Introducir la eficiencia en todos los recursos e Innovación. En ese sentido las energías renovables y el ahorro serán los elementos fundamentales para mejorar la competitividad.
Los costes regulados y el déficit de tarifa siguen creciendo y con ellos los problemas, por lo será necesario revisar la política de conformación de precios de la electricidad”.
García Breva finalizó su intervención insistiendo en que el ahorro y la eficiencia energética son la clave de la competitividad e incidir en la rehabilitación energética. “Hay futuro y sería imperdonable no intentarlo”.
Vías y retos
Con el objetivo de analizar la situación actual y reflexionar sobre las posibles vías y retos existentes tanto en nuestro país como en Europa, la jornada contó con la participación de destacados ponentes de diversos ámbitos como la empresa, el mundo asociativo, la investigación, y representantes de la Unión Europea y de la Embajada de Dinamarca, país que ostenta la presidencia este semestre.
Una primera mesa redonda versó sobre “el ahorro y la eficiencia, pilares de las políticas europeas”, moderada por Sergio de Otto, Secretario de la Fundación Renovables.
En representación de la Comisión Europea, Ferrán Tarradellas señaló la preocupación de Europa por la seguridad del suministro. Tarradellas siguió indicando que la competitividad implica reducir riesgos y costes. “Existe un potencial de ahorro de ahorro en Europa de 200.000 millones de euros con medidas cost efective, lo que podría generar 2 millones de empleos. La eficiencia energética es una oportunidad que no podemos dejar pasar, especialmente en el sector de la edificación. Estamos ante la oportunidad de reconvertir el sector de la construcción, por lo que Europa apoyará Planes de las administraciones de eficiencia energética con fondos estructurales”, finalizó.
Morten Skovgaard, Consejero Político de la Embajada de Dinamarca destacó la apuesta de su país por una economía verde. “Esperamos que la negociación con el Parlamento en referencia a la Directiva de eficiencia energética cuente con resultados positivos, porque es una inversión en el futuro”, indicó. Para cumplir los objetivos necesitamos incrementar las obligaciones, impuestos, regulación, información/ campañas, ayudas para incrementar ahorros y tomar las decisiones ahora, ser ambiciosos y cada uno contribuir desde su entorno”.
Rafael Herrero, Presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE), indicó que las ESEs estamos aquí para quedarnos porque es un negocio de éxito, el de la eficiencia energética y así ya nos marcó el camino la Directiva 32/2006. En este proceso Herrero se mostró partidario de fomentar la certificación de profesionales, establecer estándares en Medida y verificación de ahorros y evitar barreras administrativas, como ya hacen en oros países de nuestro entorno en relación a los servicios energéticos. Necesitamos evitar la actual permisividad y aumentar la incentivación a la eficiencia energética”.
Cerró la mesa Rodrigo Morell, director General de Creara, quien a través del estudio de casos prácticos puso de manifiesto los distintos ahorros que se pueden conseguir con una gestión energética eficiente de un edificio.
La segunda mesa de la jornada se centró en “Ahorro y eficiencia, una necesidad para España”, moderada por Antonio Guzmán, director General del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de Fundación MAPFRE. En la misma, participaron Fernando Ferrando, Vicepresidente de la Fundación Renovables, Rosario Heras, Responsable de la Unidad de Eficiencia Energética en la Edificación del CIEMAT, José Luis García Ortega, responsable del Área de Investigación e Incidencia de Greenpeace y Antonio López-Nava. Gerente de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética (A3e).
Antonio López-Nava describió las claves que pueden contribuir al despegue de un sector que, a pesar de conseguir ahorros energéticos medios del 30% por proyecto, amenaza con estancarse. López-Nava recordó la necesidad de alcanzar los objetivos fijados en el Plan Nacional de Acción y Eficiencia Energética (PAEE) 2011-2020 y reclamó que “la Administración Pública debe asumir su rol ejemplarizante y regulador para impulsar el sector de la eficiencia energética. Sin una apuesta decidida pública por la eficiencia energética, España continuará perdiendo competitividad y será más complicado salir de la actual crisis económica.”