La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) considera que apoyar sólidamente el autoconsumo con balance neto puede ser la mejor manera de blindar a los ciudadanos ante las futuras subidas de la luz.
Para conseguirlo, bastaría con simplificar la normativa que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (MINETUR) tiene en marcha, y primar en ella los intereses de los consumidores finales.
La Federación subraya que numerosos países, como EE UU, Brasil o Japón, están impulsando el autoconsumo solar por balance neto, al entender que será determinante para el futuro de sus sistemas eléctricos.
Jorge Morales de Labra, miembro de la Junta Directiva de UNEF y experto en autoconsumo, ha expresado hoy, en la Jornada “Generación distribuida, autoconsumo y balance neto”, su temor de que en España la letra pequeña de la normativa termine por no ser la más favorable para los consumidores finales, o de que la complejidad burocrática pueda demorar la generalización del autoconsumo.
Morales de Labra critica la excesiva cautela de la norma sobre autoconsumo solar aprobada el pasado noviembre por el anterior Ministerio de Industria, el Real Decreto 1699/2011. A su juicio, si bien autoriza el llamado autoconsumo instantáneo, establece serias limitaciones en tamaño y titularidad, con lo que, salvo casos singulares, la viabilidad económica general de estas instalaciones se demorará unos años.
Mejoras fáciles de implementar
El directivo de UNEF espera que la norma de balance neto ahora en tramitación acorte ese plazo temporal, al contemplar la exportación de los excedentes a la red para su posterior recuperación. “No se trata de un negocio, sino de un mecanismo de ahorro energético en manos de los consumidores finales”, subraya.
Para ser notablemente más eficaz, bastaría con reconocer las ingentes externalidades positivas que aporta la generación distribuida –especialmente la basada en fuentes renovables–, eximiendo del pago de peajes a la energía compensada en un mismo mes, liberando los tamaños e incentivando fiscalmente de forma temporal las instalaciones de balance neto individual, según se defiende en UNEF.
Además, el propio desarrollo tecnológico hace factible poner ya en marcha instalaciones compartidas de autoconsumo por balance neto, que cubran las necesidades de una comunidad de vecinos e incluso un pueblo o Ayuntamiento.
A costes del suministro eléctrico de 2012, estas instalaciones compartidas aportarían este mismo año un ahorro anual de hasta el 3%, un porcentaje que crecería sustancialmente en los próximos ejercicios, al evitar la parte equivalente al autoconsumo en las futuras subidas de la luz.
Normativa tibia y fuera de plazo
El citado RD 1699/11 establecía un plazo límite para la tramitación de la norma sobre autoconsumo con balance neto que finalizó el pasado 9 de abril; antes de ese día, el MINETUR debería haber elevado al Gobierno su propuesta regulatoria. En este sentido, UNEF entiende que la reforma en curso del sector eléctrico sea una prioridad, pero considera que es igualmente urgente ayudar a los consumidores a soportar a los crecientes costes de la electricidad. Por eso, UNEF lamenta tanto el retraso como la tibieza mostrada hasta ahora en relación al autoconsumo y el balance neto, actitud ésta también trasladable al reciente dictamen elaborado por la Comisión Nacional de Energía (CNE) sobre la normativa en tramitación.
Morales de Labra considera desalentador que “un organismo independiente como la CNE no haya visualizado el enorme potencial de transformación del sector eléctrico de esta modalidad”. Critica que el dictamen, en lugar de adaptar el sector eléctrico a un nuevo paradigma de generación distribuida, prefiera constreñir las instalaciones de autoconsumo y someterlas a un mercado eléctrico excesivamente complejo y oscurantista.
UNEF destaca también que el autoconsumo solar reforzaría el peso de las energías renovables en España, un compromiso asumido por el país ante la UE para 2020. A la vez, gracias a producirse en las inmediaciones del punto de consumo –generación distribuida–, incrementaría la eficiencia energética, un aspecto clave porque más del 10% de la energía eléctrica total se pierde durante el transporte y la distribución, con un coste anual de más de 2.000 millones de euros para el sistema.