La intensidad energética, que mide las unidades de energías necesarias para producir una unidad de aumento del PIB y que es uno de los principales indicadores de eficiencia, volvió a aumentar en 2011.
Este deterioro en las condiciones para la creación de riqueza aparece recogido en las conclusiones del Informe 2011 del Observatorio de Energía y Sostenibilidad en España, elaborado por la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad.
Desde el punto de vista de este indicador, advierte la Cátedra de BP, no se aprecian mejoras en la sostenibilidad del sector energético del país, que el año pasado emitió 260 millones de toneladas de CO2 y generó un valor añadido de 22.000 millones de euros, equivalente al 2% del PIB.
Para mejorar la situación actual, la Cátedra BP reclama a las autoridades visión regulatoria a largo plazo y la fijación de modelos "correctos y estables" para lograr un un modelo energético sostenible.
Según el informe, las actuales prioridades para el sector son la necesidad de ahorro, a corto plazo, motivadas por el contexto actual y, la consecución de un sistema energético basado en una economía baja en carbono, a largo plazo.
La Cátedra advierte además de que el nivel de dependencia energética de España respecto al exterior es superior al 82,5%, muy por encima de la media europea, y constanta que las energías renovables han continuado creciendo en 2010, especialmente en el caso de la energía solar fotovoltaica y los biocombustibles.