El pasasdo 18 de enero, la Comisión Nacional de Energía (CNE) ha organizado el acto de presentación del informe realizado por Greenpeace, “Energía 3.0”, con la introducción de Tomás Gómez San Román, Consejero de la Comisión Nacional de Energía, y la intervención de José Luis García Ortega, responsable de proyectos de energía limpia de Greenpeace España, y Xavier García Casals, autor del Informe.
El informe completa el análisis iniciado con los informes Renovables 2050 y Renovables 100%, que estudiaron el potencial de las renovables en nuestro país y demostraron que un sistema electrico basado en completamente en fuentes fenovables esra tecnicamente posible y económicamente viable.
Energía 3.0 desarrolla una serie de escenarios, que se sitúan en 2050, para conocer cuánta energía se consumiría, con qué fuentes energéticas renovables se cubriría y cuánto costaría. El objetivo de los escenarios desarrollados es cubrir todos los servicios requeridos para el funcionamiento de la sociedad con el mínimo uso de recursos.
El estudio parte de una serie de planteamientos previos que resultan imprescindibles para su consecución, como la incorporación de mecanismos de respuesta rápida y la inteligencia. El sistema energético es un sistema integrado -es decir, comparte recursos e interactúa- y lo consigue gracias a la electrificación del sistema 100% renovable. El estudio implica varios cambios de paradigma, con nuevos planteamientos sobre cuáles son las soluciones más eficientes, que afectan por ejemplo a la cobertura de la demanda térmica en el sector de la edificación, el papel de la cogeneración y el de la energía solar térmica de baja temperatura.
Los cambios progresivos al ritmo actual no van a permitir reducir a tiempo las emisiones, por ello se introduce el concepto de cambios en escalón, saltos que permiten avanzar más rápido, rompiendo la tendencia. La incorporación de inteligencia es fundamental para activar estos mecanismos de respuesta rápida.
La tecnología introduce inteligencia en el sector energético a través de redes eléctricas, edificios o sistemas de transporte inteligente. Un ejemplo de incorporación de inteligencia en el sistema energético es la participación activa de la demanda, es decir de los usuarios en la operación y gestión del sistema energético, lo que proporciona una gran flexibilidad al sistema y lo hace más eficiente. Los edificios generan la propia energía que consumen y distribuyen al sistema la energía que les sobra.
Aunque el estudio se centra en la parte tecnológica, la introducción de inteligencia es necesaria en todos los sistemas: político, administrativo, social y económico (con modelos de negocio que liguen los beneficios económicos a la eficiencia y el ahorro energético, y no al despilfarro).
Las principales propuestas de Greenpeace España para lograr la transformación completa del sistema energético actual hacia uno inteligente, eficiente y 100% renovable, son:
- Objetivos de planificación: suministro del 100% de la demanda de energía final total con energías renovables no más tarde de 2050, reducción de la demanda de energía final en un 55% respecto a 2007 para 2050 y alcanzar niveles cero de emisiones en el sector energético antes de 2050.
- Integración en el sistema energético de la edificación y de un sistema de transporte inteligente.
- Evolucionar desde una economía dependiente de la venta de productos a una basada en la prestación de servicios.
- Eliminación de todas las subvenciones a las energías sucias e ineficientes, e internalización de los costes externos.
- Marco jurídico definido, previsible y estable, con rango de ley, para las energías renovables y la eficiencia energética.
- Integrar plenamente la demanda en la operación del sistema, permitir la entrada de los agregadores de demanda y de las centrales de potencia virtuales y regular el derecho al autoconsumo de energía limpia.