El documento apuesta por mejorar el ahorro energético en un 22%, incrementar en un 87% el aprovechamiento de las energías renovables y potenciar el desarrollo tecnológico-industrial de las empresas vascas vinculadas a la energía para que facturen un 25% más, de modo que se movilicen inversiones por valor de 10.710 millones de euros en los próximos diez años.
El Consejo de Gobierno el pasado martes 13 la Estrategia Energética de Euskadi 2020 (3E2020), el documento que marcará la política energética vasca durante la próxima década. Este documento ha seguido un proceso de elaboración de seis meses y en él han participado más de 200 agentes de diferentes ámbitos: varios departamentos del Gobierno Vasco, la Administración local, empresas del Cluster de Energía, operadores energéticos, asociaciones de consumidores, entidades financieras, agentes económicos y sociales, grupos ecologistas, centros de investigación y universidades.
La estrategia se basa en tres ejes principales: la apuesta decidida por el ahorro energético, el impulso de las energías renovables y la potenciación del sector industrial vasco vinculado a la energía.
Estas apuestas se traducen en objetivos concretos, como son:
- Intensificar las actuaciones en eficiencia energética en todos los sectores consumidores, con un ahorro de 1.050.000 tep anuales en el año 2020, y mejorar la intensidad energética final un 22%. Mediante esas medidas, Euskadi se podrá ahorrar entre 4.000 y 5.000 millones de euros en la próxima década.
- Reducir el consumo final de petróleo en el año 2020 un 9% respecto al 2010, favoreciendo la desvinculación con el sector transporte (37.100 vehículos eléctricos) y que las energías alternativas en el transporte por carretera sean el 15%.
- Incrementar el aprovechamiento de las energías renovables un 87% para alcanzar en el año 2020 los 905.000 tep, lo que significaría una cuota de renovables en consumo final del 14%.
- Impulsar 8 áreas prioritarias de desarrollo tecnológico e industrial en el campo energético, e incrementar la facturación de las empresas del sector de energía un 25%.
- Movilizar inversiones por valor de 10.710 millones de euros en 10 años, mediante una política institucional comprometida y ejemplarizante que aporte el 16,5% para el fomento, ayudas e inversiones públicas.
En materia de ahorro energético, los esfuerzos se centrarán sobre todo en los edificios. Ahí, la Administración desempeñará un papel importante tanto como agente de ordenación en el ámbito de sus competencias como en el papel de gestor de sus propias instalaciones.
La puesta en marcha de estas actuaciones darán como resultado un sistema energético más sostenible al 2020. Se recorta de forma importante la demanda energética y eléctrica, se incrementa el uso de las renovables y configura un mix energético y eléctrico más equilibrado.
24.000 empleos en el sector energético
La gran aportación diferencial de la 3E2020 es su apuesta por aprovechar los grandes retos energéticos y medioambientales como una gran oportunidad de crecimiento para los sectores empresariales vascos, a través del desarrollo tecnológico, la cooperación y la identificación de nuevas líneas de negocio.
Esta apuesta se concreta en una nueva área de actuación diferenciada dentro de la estrategia 3E2020, la de Desarrollo Tecnológico e Industrial (también denominada EnergiBasque).
El sector de la energía da empleo a 24.400 personas repartidas en 356 empresas. Su facturación en Euskadi llega a los 15.469 millones de euros e invierten 188 millones en I+D solo en el País Vasco. Exclusivamente en el terreno de la investigación, las empresas del sector energético cuentan en Euskadi con 1.905 empleados.
En este sentido, el sector cuenta con un centro de investigación cooperativa, el CIC energiGUNE, 10 centros corporativos de i+D especializados en energía, 5 centros de competencia de multinacionales, así como varios centros universitarios de calidad y las dos grandes alianzas tecnológicas vascas, IK4 y Tecnalia con unidades dedicadas a esta materia.
EnergiBasque pretende apoyar a esta red de empresas y agentes tecnológicos del sector energía, de forma que contribuya a la sostenibilidad de la economía vasca y se erija en fuente de riqueza, empleo y calidad de vida para Euskadi durante las próximas décadas. Para ello se han definido una serie de áreas tecnológicas prioritarias, con un nexo común a todas ellas: la electricidad, como vector energético clave.